Reseña: Besos de murciélago

                             

                    
                                  Besos de murciélago, Silvia Hervás
                                  Páginas: 239 | Precio (eBook): 2,99€
                                                Editorial: Montena

James, un chico de la alta sociedad inglesa, va a pasar las vacaciones de Navidad con los Graham, una familia de clase media americana. Kelsey será la encargada de hacerle de anfitriona, pero la verdad es que no lo tendrá nada fácil: la personalidad excéntrica y sofisticada de James se desvelará muy pronto. Acostumbrado a un tipo de vida propio de las élites, no aprueba ni a los amigos, ni al hermano rasta, ni la comida, ni la forma de vestir de Kelsey. James extiende periódicos para sentarse en el autobús, compra los alimentos mas caros y exclusivos en el supermercado, pide taxis cada día y humilla a Kelsey con sus comentarios impertinentes. A pesar de las continuas peleas, de las ironías fuera de tono del ingles y de los cortes exasperados de Kelsey, la convivencia les forzará a establecer pactos y, poco a poco, el abismo que hay entre ellos se irá estrechando. Hasta que una noche, con unas copas de más y ante la sorpresa de Kelsey, James la besará con la excusa del muérdago navideño.

Antes de leerme el libro, no tenía muchas expectativas al respecto y pensaba que no me iba a gustar mucho, pero he de decir que me ha terminado pareciendo un libro muy entretenido y ameno de leer.

Quizás no se pueda decir que es un libro espectacular como muchos otros, pero sin embargo, la autora ha creado unos personajes muy bien construidos y una historia con la que disfrutar una tarde.

Como bien explica la sinopsis, James es un chico de distinta clase social, que va a pasar las vacaciones de Navidad a la casa de la familia de Kelsey, una familia de clase media americana.
La historia está dividida entre los dos protagonistas y sus distintas impresiones de los días que pasan juntos.
Kelsey es una chica normal y corriente, que va al instituto, sale con sus amigos y se divierte.
Jame por el contrario, no tiene nada de normal, es un chico de la alta sociedad inglesa, acostumbrado a tenerlo todo, vive en una mansión con multitud de criados a su disposición y va a un colegio privado.
Al llegar a casa de Kelsey todo lo que el conoce va a cambiar, no tiene a nadie que le haga la compra ni la comida y por supuesto no tienen sirvientes a los que mandar, aunque pretenderá que Kelsey le sirva como asistente personal en muchas ocasiones. Estas situaciones son las que provocan las numerosas discusiones entre ellos.
La relación entre Kelsey y James es un tira y afloja de comentarios malintencionados e intentos de humillarse mutuamente. Aunque encuentran cierta diversión en sus constantes riñas.

Tiene bastantes partes que te hacen sonreír ante las situaciones tan cómicas que se producen y que también te sacan de quicio, no se a vosotros (los que lo hayáis leído o leáis) pero yo me identifico con Kelsey totalmente y a veces desearías decirle un par de cosas a James.

Pero a veces, hay cosas que no se pueden evitar y la frase "del odio al amor hay un paso" le viene que ni pintada a esta situación, porque por mucho que peleen es inevitable que ambos se sientan atraídos y que inevitablemente se terminen besando debajo del muérdago.

Dicen que en la vida ocurren cosas inexplicables. El hecho de que él se hubiese enamorado de Kelsey formaba parte de la lista. No había modo alguno de entender cómo habia terminado inmerso en una situación tan descabellada. Cuando llegó a Estados Unidos jamás lo habría imaginado.
Y ahora la necesitaba.

En resumen, es un libro muy divertido de leer, que se lee bastante rápido y no se hace nada pesado. Así que si una tarde no tenéis nada que hacer y queréis pasar un buen rato y disfrutar os recomiendo que lo leáis.